El encuadre: un logotipo con intención

El diseño parte de su nombre propio con una estructura firme y elegante. La tipografía, de inspiración clásica, aporta peso y equilibrio. Y el gesto gráfico de “FOTOGRAFÍA” en arco no es solo una decisión estética: es una referencia sutil al objetivo de la cámara.

La luz: un color que no compite

Se trabajó con una paleta neutra y envolvente, centrada en un verde grisáceo con profundidad y serenidad. Un tono que acompaña, no interrumpe. Que genera confianza y profesionalidad sin perder calidez. Como la luz que ella busca en cada sesión: suave, natural y honesta.

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El enfoque: tipografías que saben observar

La identidad tipográfica se construye a partir de una combinación sobria pero con matices muy definidos: Trazos con carácter, clásico y sofisticado, aporta fuerza y delicadeza a partes iguales. 

El disparo final: una identidad aplicada

Andrea no necesitaba una marca para estar en todas partes. Solo en los lugares adecuados:

• Una tarjeta de visita que resumiera su forma de trabajar: cercana, delicada, precisa.

• Una web responsive donde sus fotografías pudieran respirar y emocionar, tanto en ordenador como en tablet o móvil.

No se trata de decorar, sino de acompañar. De que todo lo que rodea su trabajo esté a su altura.